El curso de formación - Tercera sesión
Hoy hemos terminado el curso de formación, y aquí van algunas de las impresiones que me han quedado. Esta tercera sesión no ha sido tan participativa, porque tenían mucho que contarnos y vídeos que mostrarnos. Nos han hablado del proceso de adaptación, las fases y el ritmo, y han hecho mucho hincapié en "la revelación". La revelación es como llaman al proceso de ir contando al menor sus orígenes, y nos ha llamado la atención a todos que no existe un momento concreto para revelar esa información. Hay que hacerlo, porque el menor tiene derecho a saber sus orígenes, pero hemos comprendido que no debemos esperar una edad o un acontecimiento especial, sino introducir con naturalidad los conceptos relacionados con la adopción y con el país de origen del niño
Nos han puesto testimonios grabados en vídeo de padres adoptivos acerca del primer encuentro. Pese a que esas familias habían recibido la misma formación que nosotros, y les habían contado lo mismo que a nosotros, algunas llegaron al país de adopción con unas expectativas quizá demasiado optimistas, pensando que el niño correría a sus brazos y no fue así. Al revés, un niño incluso salió corriendo para huir de sus nuevos padres. Son situaciones que pueden pasar, y nos han contado que es habitual que no surja el amor de repente. Hay que darle tiempo al menor, y tenemos que darnos tiempo nosotros para que la relación se afiance. Al fin y al cabo, no conocemos a ese niño y el amor a primera vista no es lo más frecuente.
Y aunque lo fuera, el niño en algún momento va a tener que lidiar con el duelo, que toma formas diferentes según la edad, a posibles problemas evolutivos, regresiones... y esto puede ocurrir después de un periodo aparentemente idílico. En niños más mayores, nos dicen que pueden venir ya con la rabia propia del duelo. Tiene que ser así, todas las fases las tiene que pasar.
En conclusión, debemos tener paciencia, ir poco a poco, normalizar al niño a su ritmo, no sobreestimularlo y, sobre todo, estar pendiente de sus necesidades, en el plano afectivo. Y no caer en el "pobrecito" (esto es muy importante para los abuelos y abuelas y el resto de la familia). Al niño hay que ayudarlo y guiarlo en la superación del duelo y de sus miedos, pero no se le tiene que compensar porque nos dé pena (parece fácil escribirlo pero seguro que no es tan fácil aplicarlo a la realidad) y tratarlo de forma más laxa por ello o dejar de encauzar su comportamiento si no es el adecuado. Si el niño muerde o pega, por poner un ejemplo, o tiene reacciones que no entiende, hay que procurar ponerles nombre, para que el niño pueda resolverlo (con nuestro apoyo, claro) y entrar en un círculo vicioso de incomprensión y auto-represión.
Vamos a tener que pasar el tiempo de espera leyendo sobre adopción... y en mi caso, entrenando la paciencia, porque de eso no voy muy sobrada. Por suerte, nos han dado una bibliografía muy interesante. En el próximo post, si ya hemos conseguido alguno de esos libros, os contaremos lo que nos han parecido.
Y para acabar por hoy, nos han dicho (para variar) que no nos impacientemos, pero que en el plazo de un mes aproximadamente nos empezarán a llamar para la valoración. Primero pagaremos las tasas de Consellería, y luego nos harán las entrevistas y la visita a casa. En ese momento, si somos idóneos, ya podremos empezar con el papeleo que pide la ECAI. Sobre la valoración, lo que nos han dicho es que no van "a pillarnos", de lo contrario no nos darían una formación. Si existe un problema, nos van a decir que tenemos que trabajarlo, y cómo, antes de poder adoptar; no quiere decir que no lo hagamos, solo que antes tendremos que resolver esos posibles "cables sueltos".
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