¿Adoptar? Uff...

Hoy traigo otra anécdota que ha surgido por otra conversación, esta vez entre una amiga mía y una tercera persona. Mi amiga le ha contado que queríamos adoptar. Y lo primero que le ha dicho ha sido: "¿Que quiere adoptar? Pues que hable conmigo, que yo le quito las ganas." Es el típico comentario de alguien que no tiene nada que decir pero de todo quiere opinar y no debería tener importancia, pero lo cierto es que nos vamos a encontrar a gente que pretenda saber más de nuestra situación familiar que nosotros. 
Ya nos lo advirtieron en el curso: no se debe anunciar a bombo y platillo esto de la adopción, porque la gente tiende a opinar aunque no le incumba, a comentarlo en círculos más amplios, a marujear... y aunque ahora mismo estamos animados y nos resbala lo que nos digan, cuando llevemos varios años esperando, flaqueen las fuerzas, o incluso hayamos tenido que renovar expediente y se nos agote la paciencia... un comentario así puede minar nuestra moral. La gente no sabe (ni quiere saber) lo agotador que puede ser el proceso y el daño que puede hacer un comentario así a una familia que está esperando una adopción, aunque a ellos les pueda parecer una chorrada sin importancia, un comentario dicho "sin pensar".    
Puede que, a nuestro alrededor, encontremos gente que se enroque en sus prejuicios y que siempre tenga un comentario negativo a punto. Solo por demostrar cuánto sabe del tema, o añadir morbo al asunto diciendo que a tal familia le pasó tal cosa. 
Yo optaría por distanciarme de todo el que no nos aporte nada. Estamos decididos a ser padres adoptivos y lógicamente no nos apetece oír opiniones que no hemos pedido y menos si no son para animarnos, que es lo que nos hará falta. Sabemos lo que nos vamos a encontrar porque nos han preparado para lo peor. Nos han preparado para que nuestro hijo huya de nosotros al vernos; para que nos pegue, para que nos muerda, para que esté enfadado con nosotros, para que se mee en la cama hasta los 15 años, para que se metan con él en el cole, para que cuestione nuestro papel, y para que su cariño al principio sea artificial, una herramienta de protección y para que nosotros no sintamos nada por ese niño al principio. Son niños dañados y esto no es una peli Disney. Sabemos que va a ser más difícil que criar a un hijo biológico, que la gente no se va a alegrar por nosotros como cuando alguien anuncia un embarazo; la gente cree que la adopción es una maternidad de segunda y tarde o temprano lo expresarán, aunque sea sin querer.
Pero aunque haya gente que piense así, la adopción es el proyecto de familia que hemos escogido: nadie tiene derecho a juzgar lo que hacemos o dejamos de hacer, ni a decirnos si hacemos bien o mal (a no ser que tengan una dilatada experiencia en criar niños adoptados, en ese caso nos callaremos y escucharemos atentamente). Pero por desgracia habrá muchos que nos vengan queriendo saber más que nadie de lo que pasa en nuestra casa, de si con 6 años el niño tendría que ser así o asá porque el suyo hace esto o lo otro... hasta que pase un tiempo, no va a ser "como los demás" y no se podrá generalizar, ni meter a nuestro hijo en el mismo saco que "los niños de su edad". La normalización de un niño adoptado lleva su tiempo y si nos saltamos cualquier fase, saldrá más adelante y de manera posiblemente más problemática. 

Comentarios

Entradas populares