¿Que vas a adoptar? ¿Y a qué cole lo llevarás?
Queridos amigos, la cosa avanza poco a poco.
Esta semana nos ha llegado la carta de pago de las tasas de la valoración (para el certificado de idoneidad). Hemos ido al banco raudos y veloces a pagar este primer gasto administrativo con toda la ilusión, aunque sabemos que por mucho que corramos, las autoridades no van a correr mucho.
Hoy quiero contaros las impresiones en torno a una conversación sobre la adopción.
Todo empezó con la pregunta: "¿Y ya sabéis a qué colegio lo vais a llevar?" Y claro, como antigua alumna del Liceo Francés, sí, nos planteamos en su momento darle a nuestro futuro pequeño la misma educación que he recibido yo, porque me parece la mejor que hay. Sin embargo, en el curso de formación, comprendimos que, cuando llegue, si ya tiene los 6 años, no va a tener el mismo nivel que un niño de padres biológicos, al que le han hablado, educado y formado desde que nació (o antes). No me refiero al idioma, me refiero a su capacidad cognitiva.
Los niños de institución, aunque estén escolarizados, según nos han contado, tienen un desarrollo más lento. Es probable que con 6 años no hablen como sus amigos del cole de la misma edad y no estén igual de preparados para comenzar con la lectoescritura. Esto no quiere decir que el niño sea incapaz, solo que necesita un recorrido más largo para llegar al punto del que parten los niños que han tenido un desarrollo normal. Por ello, y conociendo lo exigente que es ese colegio, dudamos de si deberíamos someter al niño a esa presión. Todos los padres quieren que sus hijos sean un reflejo mejorado de sí mismos, pero... al final, lo que cuenta es que sean felices, buenas personas, que se sientan queridos y seguros, que ayuden a los demás y que encuentren su lugar en el mundo. Tal vez puedan ser mejores que nosotros aunque sigan caminos distintos.
Se me junta el ser primeriza como madre, el ser primeriza como adoptante y el no tener ni idea de psicología. Solo tengo la experiencia de enseñar a universitarios. Quiero creer que no hay determinismo (psico)social, cuando no hay daños neurológicos, o que se puede superar, aunque sea con ayuda; quiero creer que la cultura (por oposición a la naturaleza humana) lo puede todo y que, con nuestra ayuda, un niño con un desarrollo tardío puede estudiar donde le dé la gana y ser lo que quiera. Pero, por lo que nos han dicho, parece que eso sería esperar demasiado de la capacidad de nuestro hijo, por todo lo que conlleva el ser un niño de orfanato. Espero que los libros que nos han recomendado arrojen un poco de luz sobre esto.
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