La crianza con apego y la fase de apego en la adopción: una hipótesis


Hoy quiero compartir con vosotros un artículo que me ha parecido interesante y que podéis encontrar aquí. No habla de adopción, pero de tanto leer en torno a la psicología de la familia, las emociones y demás, acabas llegando a temáticas de educación infantil en general. Este texto habla de la llamada "crianza con apego". Me llama la atención porque también marca una diferencia entre la paternidad biológica y la adopción. 
Muchos padres deciden mandar a los niños a la guardería porque trabajan y no pueden estar con ellos. Como le pasaba al autor del artículo. Es un escenario muy común, pero hoy en día se habla de una tendencia creciente a quedarse con los niños en casa hasta la edad de escolarización obligatoria (6 años) porque así los niños crecen más felices. 
Yo no sé si es así o no; mis padres estaban de 8 a 3 trabajando, fuimos a la guardería a los 2 años... y no hemos salido del todo mal. Pero sea como sea, si lo miras desde fuera, es un dilema que tienen la familias biológicas. Pueden elegir si tener al niño en casa o no. Nosotros, como padres adoptivos, no podemos elegir, o no deberíamos, si queremos hacer correctamente la fase de apego, la primera parte de la adaptación. Tanto en el curso como en la ECAI nos han insistido en que la mejor forma de integrar al niño en la familia es estar con él el máximo tiempo posible. El apego que en un hijo biológico nace desde el primer día y tal vez de manera instintiva, nosotros tenemos que fomentarlo con otras herramientas, compartiendo con el niño todo el tiempo que podamos, dejando que nos conozca... conociéndolo a él y transmitiéndole seguridad  y cariño. 
Y en relación con mi post anterior sobre lo que se espera de los niños y a qué colegio llevarlos o qué educación darles, mirad lo que dice Carlos González: 

-¿Qué valores aprecia en sus hijos por haberlos educado en casa? Son maravillosos, como todos los hijos, ¿no? No sé qué es debido a su propia forma de ser, a mis pobres cuidados, a la sociedad o a la escuela que frecuentaron. Tampoco me importa. Me molesta esa obsesión por querer que nuestra forma de criar a los hijos tenga efectos, "beneficios", a largo plazo.
-Es lo que muchos padres buscan. Pero es como si estuviera obligado a tener menos alergias porque le di el pecho, o a tener más vocabulario porque le conté cuentos, o a ser más seguro de sí mismo porque le cogí en brazos, o a ser más responsable porque le puse límites... No, yo no espero que mis hijos hagan nada a cambio. Les traté lo mejor posible, por amor, y ellos saldrán como salgan, porque el futuro nadie lo conoce.
Y subrayo esas líneas porque me parece que transmiten muy bien cómo no hay que pensar en la crianza, como si fuera una inversión que luego nos reportará algo. Porque entonces solo hay presión y no disfrute. Creo que sí, que debemos darles todas las herramientas que podamos para que sean personas válidas y lleguen lejos. Pero más allá de eso, el "saldrán como salgan" es una forma de luchar contra esa presión a menudo innecesaria a la que tal vez nos veamos sometidos como padres, porque al final, habrá cosas que no dependan de nosotros y, en definitiva, creo que lo importante es, como se dice ahora, darlo todo, hacerlo lo mejor que podamos y ver qué pasa. Quizá la clave sea poder decir, con sinceridad, como escribió Quevedo, "yo he hecho lo que he podido". Pero no lo sé. 



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